Cierto

Cierto, verdadero ante tus ojos.

¿Cuándo algo es cierto para ti?

Te corresponde a ti saberlo, ¿pero cómo diferenciarlo?

Frente a dos argumentos similares ¿qué te lleva a decir que uno es

verdadero y otro no?

Esto no puede discernirse mentalmente, eso sólo llevaría a confusión.

Únicamente puedes sentirlo. Es decir, hay un registro, que no es el

mental, sino el registro emocional, el que percibe con certeza lo cierto

o falso de un argumento.

Pasa que a menudo no estamos familiarizados con este registro, y sólo

hacemos caso a los análisis que realizamos pensando, que son incluso

exhaustivos.

¿De qué nos sirve tomar consciencia de esto?

En primer lugar, a medida que vamos integrando este registro en

nuestra vida cotidiana, evitamos malentendidos, engaños fútiles,

trampas, etc. Aprendemos no sólo a escuchar con los oídos, sino a pasar

la información simultáneamente por nuestros sentimientos (que son la

unión entre pensamiento y emoción).

Si de lo que hablamos es de una elección personal frente a dos caminos

posibles, sin ninguna duda, es el que nos hace sentir felicidad el que

debemos seguir.