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Mi unicornio y yo


Había un unicornio


estaba en libertad,


si bien no nos conocíamos,


él me quería encontrar.


Sabía que a mi lado


podría descansar,


que encontraría la magia,


y el tiempo en libertad.


Lo habían perseguido


en una guerra ya,


querían su bello cuerno


como un trofeo más.


No pudieron con él,


y se pudo escapar,


recorrió mil alturas,


dos estrellas y un mar.


Conocía mis historias,


“Cuentos para soñar…”


Su madre se los leía


cuando se iba a acostar.



Recordó que era joven,


con un gran potencial,


y que creer en su magia


lo podía salvar.


Llegó un día de enero,


y muy cansado ya,


lo acogí entre mis brazos


y le dí de pastar.


Me contó que la luna


tiene dos caras ya,


una es preciosa y canta,


la otra esconde su faz.


Me contó que en su mundo


no hay encuentro casual,


que tú le pides al viento,


lo que quieres hallar.


Que hay Consejo de Magos


y que urdieron un plan,


que viniese conmigo


y se quedase a jugar.


-Sólo así de tus sombras


protegido estarás,


ten valor y sé fuerte,


el camino hallarás.



El unicornio me hablaba


y su piel empezó a brillar,


recuperó su belleza,


y se quiso quedar.


-Quiero vivir contigo,


y no me iré jamás,


quiero escribir contigo


y ayudarte a pintar.


De colores los pájaros,


con reflejos de sal,


y que todos los niños


los puedan degustar.


Mi precioso unicornio,


hoy está a salvo ya,


no se esconde, no teme,


es feliz, puede amar.








 
 
 

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©2021 por Angelina Fabiola Caminos.

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